En un mundo tan saturado de beats reciclados y letras vacías, a veces aparece una canción que logra sacarte de la rutina con algo tan simple, pero tan poderoso como una mirada. Eso es exactamente lo que logra “Tu Mirada”, el nuevo sencillo del artista cubano Kyle-G, una propuesta que no solo se te queda pegada en la piel, sino también en el alma.
Desde las calles de La Habana, con ese calor caribeño que se mete en la sangre, Kyle-G, ha venido cocinando su proyecto con paciencia, autenticidad y mucha calle. No hablamos de un artista prefabricado ni de un producto de laboratorio. Hablamos de un tipo que sabe lo que es doblar turnos en un hotel y aún así llegar a casa con la cabeza llena de melodías que no lo dejan dormir. Y eso, se siente.
“Tu Mirada” no es una canción hecha por encargo ni una fórmula de TikTok. Es una experiencia real transformada en sonido. Es esa chispa que se enciende cuando te cruzás con alguien, se detienen un segundo más de lo normal, y pum… ahí pasa algo. No sabés qué, pero sabés que algo cambió. Kyle-G capturó esa energía y la convirtió en tres minutos de magia bailable.
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“Quise capturar ese instante y transformarlo en una canción que te atrape desde el ritmo, pero también desde la emoción”, nos cuenta el artista. Y lo logra. Desde el primer beat, el track te agarra y no te suelta. Tiene ese flow sabroso que pide pista, pero también una letra que conecta con ese lado sensible que todos llevamos —aunque a veces lo escondamos detrás del perreo.
Del barrio a la pista: producción de calidad y esencia underground
Grabado en Cyborg Record, en el corazón de La Habana, “Tu Mirada” fue producida por Asteoro Musical e Ilustre Beat. Este combo explosivo logró ese equilibrio perfecto entre lo clásico y lo nuevo. Hay reguetón, sí, pero con clase. Con una producción limpia, precisa y llena de detalles que hacen que el tema funcione tanto en un antro como en tus audífonos camino al trabajo.
“Queríamos hacer algo que se quedara grabado. Que la gente la escuche y diga: ‘¿Dónde sacaste este palo de canción?’”, comenta Kyle-G entre risas. Y sí, lo consiguieron. El track tiene ese algo que lo hace especial: un ritmo que te lleva y una historia que te toca. No hay nada forzado. Es real. Es vivido.
Kyle-G creció con la vieja escuela del reguetón. No es raro que cite como influencias a titanes como Daddy Yankee, Don Omar, Wisin y Yandel, y el gran Vico C. Pero lejos de quedarse pegado en la nostalgia, su sonido actual es una reinterpretación moderna de esos cimientos. Se nota que aprendió de los mejores, pero también que está escribiendo su propio camino.
Ellos le enseñaron que se puede empezar desde cero y llegar lejos. “Ellos son mis pilares. Ver cómo lo hicieron todo desde cero me enseñó que también yo puedo hacerlo a mi manera”, confiesa. Y eso es justo lo que está haciendo: tomando lo aprendido, metiéndole su sazón y tirándolo al mundo con una energía única.

